Conoce el primer cuadro de bicicleta de titanio impreso en 3D de Asia
La impresión 3D ha transformado varios campos industriales, introduciendo mejoras en el diseño y la fabricación de objetos. La industria de la bicicleta no es una excepción y también aprovecha esta tecnología para ampliar las fronteras de la fabricación convencional. TITAN SUPER BOND, especializada en la fabricación de piezas de titanio para bicicletas, ha colaborado con BLT, una empresa china especializada en la impresión 3D de metales, para crear el primer cuadro de bicicleta de titanio impreso en 3D no sólo en China, sino también en Asia.
La industria china de la bicicleta se ha enfrentado últimamente a ciertos retos. Concretamente, se centran en los problemas de la cadena de suministro, que comenzaron en torno al inicio de COVID y afectan a toda Asia. Sin embargo, la impresión 3D en metal se perfila como una solución ideal. Esta tecnología no sólo permite una producción de alta calidad, sino que también ofrece la posibilidad de fabricar piezas personalizadas, mejorando así el rendimiento y la comodidad de las bicicletas.
Un cuadro de bicicleta de titanio impreso en 3D
EN 2022, TITAN SUPER BOND empezó a utilizar las impresoras 3D de metal BLT-A320 de BLT. Esta cooperación ha dado lugar a soluciones diseñadas para controlar el alabeo de piezas complejas y reducir su peso. Los componentes producidos no solo superaron la prueba internacional de resistencia ISO 4210, sino que también establecieron nuevos estándares de diseño ligero y calidad de fabricación. La impresora 3D BLT-A320 ha sido, por tanto, el elemento clave en la creación de piezas de titanio para bicicletas, que ofrecen gran precisión, durabilidad y resistencia a la corrosión. De hecho, está demostrando ser una opción ideal para una gran variedad de materiales, extendiéndose mucho más allá de la fabricación de bicicletas.
Esta tecnología representa un verdadero avance en el refuerzo de determinadas zonas de las bicicletas, donde las soldaduras están sometidas a grandes tensiones. En concreto, este avance se traduce en una reducción de la intensidad de mano de obra y una aceleración considerable de la producción global. Hasta ahora, la fabricación de bicicletas era un proceso complejo, que implicaba una sucesión de etapas que solían durar hasta 45 días. La integración de la impresión 3D ha simplificado radicalmente este proceso, no sólo reduciendo el tiempo total de producción en un 30%, sino también limitando el desperdicio de material en más de un 20%.
Estas mejoras repercuten directamente en la eficiencia general de la fabricación de bicicletas, creando un entorno más sostenible y rentable. Este afán por simplificar y optimizar el proceso de fabricación abre la puerta a una serie de oportunidades para los fabricantes de bicicletas, sobre todo en China y en Asia en general.
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