¿Imprimir cerámica en 3D sin utilizar polvos ni pastas complejas? Esta es la apuesta de Natalie Yaw, estudiante de doctorado e investigadora en prácticas en el Lawrence Livermore National Laboratory (LLNL), que recientemente publicó su trabajo en la revista Inorganic Chemistry Frontiers. Su planteamiento se basa en una técnica aún emergente, la fabricación aditiva por hidrogel infundido, o HIAM (Hydrogel-Infused Additive Manufacturing). Sigue leyendo para conocer más sobre esta nueva técnica de impresión 3D de cerámica.
Una alternativa al moldeo tradicional
Las cerámicas se utilizan en campos tan variados como el aeroespacial, la electrónica o la energía nuclear. Gracias a su excelente resistencia térmica, química y mecánica, se imponen como materiales críticos. Sin embargo, darles forma sigue siendo un desafío y las técnicas convencionales, a menudo lentas y complejas, ofrecen poca flexibilidad.
Detalles del proceso de impresión 3D de cerámica con hidrogeles
Es para paliar estos problemas que la fabricación aditiva es especialmente útil, permitiendo una mayor libertad de diseño y una reducción significativa de los residuos. Pero imprimir cerámica en 3D no es tan sencillo como imprimir plástico. La mayoría de los métodos existentes requieren tintas cerámicas rellenas, difíciles de manipular y estabilizar.
El proceso estudiado por Natalie Yaw difiere radicalmente. Comienza con la impresión de un gel polimérico a base de resina fotosensible, que luego se transforma en hidrogel sumergiéndolo en una solución de sales metálicas. Este gel cargado de iones se cocina (o se “sinteriza”) para quemar los componentes orgánicos y transformar las sales en óxidos metálicos, los verdaderos constituyentes de la cerámica final.
Esta separación entre la etapa de impresión y la cerámica en sí tiene varias ventajas. En primer lugar, evita las dificultades asociadas a la manipulación directa de polvos cerámicos o tintas muy viscosas. A continuación, permite un mejor control de las propiedades finales de la pieza jugando con la composición del gel y el tipo de sal utilizada.
En su artículo, Yaw demuestra que la formulación del gel y la elección de los precursores metálicos influyen fuertemente en la densidad, la porosidad y la resistencia de las piezas impresas. Al cambiar estos parámetros, los investigadores pueden ajustar las propiedades mecánicas y microestructurales de la cerámica según la aplicación prevista, un activo valioso para la ingeniería a medida.
Otra ventaja es que el método HIAM podría adaptarse a una amplia gama de materiales, allanando el camino para la cerámica híbrida o incluso funcional. Este potencial modulable lo convierte en una técnica particularmente atractiva para la búsqueda de nuevos componentes de alto rendimiento, especialmente en el campo de la energía nuclear o los motores aeronáuticos.
Un proyecto colaborativo dentro del LLNL
El estudio es también un buen ejemplo de colaboración interdisciplinaria. Como pasante de verano en el LLNL, Natalie Yaw pudo beneficiarse de la supervisión de la investigadora Maryline Kerlin y del entorno estimulante del laboratorio nacional. Este marco permitió a la joven investigadora realizar sus propios experimentos, redactar su primer artículo científico como autora principal y realizar ensayos complementarios para reforzar la solidez del estudio.
“Tuve varios momentos ‘eureka’ mientras interactuaba con especialistas de otras disciplinas”, explica Natalie Yaw. “Estas discusiones me permitieron ver mi proyecto desde una perspectiva totalmente nueva».
Si bien el proceso HIAM permanece por el momento en la etapa de investigación básica, representa una pista seria para reinventar la fabricación de cerámica en 3D. Más accesible, más preciso y potencialmente más sostenible, este enfoque podría transformar la forma en que se diseñan los materiales más exigentes de la industria.
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*Créditos de todas las fotos : Natalie Yaw