En LIFIA, centro de investigación de la Universidad Nacional de La Plata, Argentina, se planteó como objetivo desarrollar un sistema que permitiese controlar con total precisión la impresión 3D de biopolímeros.El resultado es un cabezal dotado de doble jeringa que se puede controlar simultáneamente, permitiendo a los médicos crear figuras complejas, y combinar los materiales en múltiples formas, con aplicaciones como parches bioimpresos adaptables a órganos concretos y fármacos que se imprimen con dosis muy específicas.
La colaboración del Dr. Guillermo R. Castro del CONICET y el Centro de Investigación y desarrollo en fermentaciones industriales (CINDEFI) fueron indispensables en la evolución de éste proyecto. El diseño se basó en una impresora RepRap 3D, a la que se le modificó el cabezal con dicho objetivo.
«Cada extrusora tiene un motor, un soporte fijo y un soporte móvil, cuando el motor gira, el carro se mueve hacia arriba o abajo y controla el émbolo de la jeringa. Al final de cada jeringa hay un tubo de silicona que lleva líquido al cabezal, que está en el eje X «. Dijo Sergio Katz, coordinador de infraestructura de TI y soporte en LIFIA, y uno de los principales investigadores en este estudio.
Durante la investigación, se experimentó con alginato líquido y calcio. Cuando ambos materiales hacen contacto con la superficie, se solidifican convirtiéndose en un gel imprimible capa por capa. Así mismo este sistema permite la creación de biopolímeros que se convierten en gel gracias a medicamentos inotrópicos o soluciones para el corazón ,que pueden hacer que lata más o menos fuerte.
Según los investigadores argentinos, este cabezal es polivalente, debido a que permite trabajar en aplicaciones de bioimpresión, pero también de nanotecnología y biotecnología. Se trata de un método innovador en cuanto al uso de materiales no convencionales como polímeros naturales y sintéticos, y sus posibles combinaciones con materiales biológicos, materiales celulares y sistemas híbridos. Así mismo es una tecnología que agiliza los procesos, posibilita su reproducción y la personalización para cada paciente.
El proyecto es el primero de su tipo, y ha ganado un concurso organizado por el Ministerio de Ciencia y Tecnología de Argentina (MinCyT), de la que recibió asistencia financiera, lo que llamó también la atención del gobierno Argentino. Desde entonces el objetivo es seguir investigando hasta desarrollar y mejorar características como la temperatura, esterilización y la precisión del prototipo antes de su comercialización.
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