La impresión 3D da nueva forma a la industria de la lencería

La lencería es un campo que tradicionalmente se asocia con la delicadeza, el tejido, el cuidado minucioso en la elección de las copas, los encajes y las puntillas y, sobre todo, lo hecho a mano. Todo esto se puede replicar, de diferentes formas, gracias a la impresión 3D. La fabricación aditiva, de hecho, es solo otra herramienta en manos de los diseñadores que se puede utilizar para crear prendas de vestir, que no solo sean estéticamente agradables, sino también cómodas. Las tecnologías de fabricación aditiva se adaptan a numerosos sectores y necesidades, utilizando métodos completamente diferentes pero igualmente válidos.
Por lo tanto, esta versatilidad permite que prendas delicadas como la ropa interior puedan beneficiarse del uso de la impresión 3D. En este artículo analizaremos el papel de la fabricación aditiva en el campo de la lencería. Proporcionaremos ejemplos concretos sobre el trabajo de varios diseñadores, las tecnologías de impresión 3D y los materiales que utilizan. Así, analizaremos luego las ventajas y dificultades del sector, así como las perspectivas futuras.

Modelo portando el Interlaced Rosette Bra de uniphorm (Créditos: uniphorm vía Instagram)
¿Qué es la lencería?
En primer lugar, cabe preguntarse qué es la lencería. Mejor conocida como ropa interior, es un tipo específico de ropa que incluye todas las prendas que forman parte de lo que es, de hecho, la ropa interior femenina. En este artículo nos centraremos más en aquellos productos de lencería que se han realizado con la impresión 3D y que, en nuestra opinión, han explotado más su potencial. Hablaremos especialmente de sujetadores, corsés y calzoncillos. La lencería impresa en 3D puede tener diferentes propósitos: artísticos, cuando es creada por estilistas y diseñadores y cuyo propósito es mostrarse en las pasarelas; deportivos, útiles para hacer que la experiencia del atleta sea cada vez más personalizada; médicos, en los casos en que es necesario recrear copas para ayudar a quienes se han sometido a mastectomías o para equilibrar las asimetrías naturales de los senos.
Historia y aplicaciones de la lencería impresa en 3D
La primera e icónica aparición mediática que hizo la impresión 3D en el mundo de la lencería fue en el desfile de Victoria’s Secret de 2013. La modelo Lindsay Ellingson dejó al público sin aliento mientras desfilaba con elegancia vistiendo un traje creado a medida para ella y compuesto por corpiño, sombrero y alas, todo realizado gracias a la impresión 3D. La prenda de lencería nació de la colaboración entre la famosa marca Victoria’s Secret y la empresa Shapeways, que recrearon el diseño realizado por Bradley Rothenberg. Las piezas, obtenidas a partir de escaneos 3D para ajustarse perfectamente al cuerpo de la modelo, se imprimieron en nylon con tecnología SLS, con impresoras de EOS y posteriormente se adornaron con miles de cristales Swarovski. Pero la revolución técnica en el campo de la lencería no se detiene con el desfile de Victoria’s Secret.

A la izquierda, la modelo Lindsay Ellingson fotografiada con el conjunto de lencería impreso en 3D en el runway VS de 2013; a la derecha, el mismo corpiño impreso en 3D (Créditos: designboom/ Shapeways)
Desde 2015, la lencería impresa en 3D se ha vuelto cada vez más accesible y ha comenzado a difundirse entre los diversos diseñadores. Una de las primeras que se dedicó a la creación de sujetadores utilizando tecnologías de impresión 3D es Lidewij van Twillert, la diseñadora holandesa que en 2015 lanzó su primera colección llamada Mesh Lingerie, en el marco de un proyecto estudiantil. En esta colección la diseñadora presentó un sujetador que se componía de elementos decorativos extruidos con la impresora FDM Ultimaker 2, que fueron ensamblados a mano y cosidos con las distintas piezas de tela.
A raíz de Victoria’s Secret, a lo largo de los años han tomado forma muchos más proyectos nacidos con el objetivo no solo de desfilar en las pasarelas de moda, sino también de crear un fuerte impacto mediático. Un ejemplo en este sentido es sin duda la empresa Chromat, que en 2016 hizo avanzar el sector llevando a la pasarela la Momentum collection. El desfile fue inaugurado por una modelo que llevaba una prenda realmente hipertecnológica: el Chromat Aeros Sports Bra. Se trata de un sujetador deportivo realizado en lycra, malla, es decir, un tejido tridimensional que recuerda a la red de los suéteres, neopreno y enriquecido con partes transpirables impresas en 3D en una aleación con memoria de forma. Los escaneos de la modelo, que dieron forma al sujetador, se obtuvieron a través del software itSeez3D. Pero esto no es todo. En el Chromat Aeros Sports Bra también se integró la tecnología Intel haciendo que la prenda reaccione a la sudoración, la transpiración y la temperatura corporal de la modelo.

El Chromat Aeros Sports Bra (Créditos: Chromat)
La impresión 3D ha permitido a numerosos diseñadores dar rienda suelta a su creatividad, permitiéndoles combinar diferentes tecnologías y experimentar con una amplia gama de materiales. En 2017, Jessica Leigh Haunghton dio vida a su marca The Silicone Body, en la que presentó la colección Bare Baux Intimates. Para hacer sus piezas de lencería como sujetadores y calzoncillos, se sirvió de la silicona transparente que imprimió en 3D directamente sobre un tul, también transparente. La silicona fue moldeada por la diseñadora siguiendo unas geometrías entrelazadas de carácter futurista.
Posteriormente, se asistió a un nuevo resurgimiento mediático de la impresión 3D entre las variadas celebridades estadounidenses. Famosos en este sentido son los trabajos del diseñador Nusi Quero, quien, gracias a la impresión 3D, realizó no solo un corpiño rígido con un diseño futurista para Kylie Jenner en 2021, sino también el icónico body usado por Beyoncé en 2022 en la foto de portada de su álbum Renaissance, que permaneció en la cima de las listas durante 14 semanas consecutivas. Ambos fueron realizados en resina flexible, para crear lo que el propio diseñador define como “piezas de arte para vestir”.

Kylie Jenner y Beyoncé vistiendo las prendas creadas por Nusi Quero (Créditos: Nusi Quero vía Instagram)
Anteriormente hemos mencionado que la impresión 3D no solo es útil para crear ropa interior destinada a la moda. En el año en que Beyoncé lució el traje para hacer que su álbum fuera más atractivo, nació ONEBra, una empresa italiana de otro tipo, especializada en la producción de biomateriales y la fabricación aditiva. Decidimos tomar esta empresa como ejemplo de iniciativa médica. ONEBra fabrica copas a medida impresas en 3D en TPU y TPE utilizando la tecnología Multi Jet Fusion (para algunas partes de la copa también se utiliza la tecnología FDM). Estas se pueden insertar en sujetadores de tela y así ayudar a quienes se han sometido a mastectomías. La asimetría de los senos provocada por esta intervención acarrea diversas dificultades, a menudo de naturaleza psicológica, que estas copas ayudarían a afrontar.
Con esta pequeña introducción sobre la aplicación médica, es evidente cómo la lencería, que puede diseñarse con distintos fines, es una prenda con muchas formas y facetas. Además de combinar comodidad y diseño, puede evolucionar en prendas híbridas que combinan elementos de corsés y sujetadores, convirtiéndose a veces en verdaderas obras de arte únicas. En este sentido, una diseñadora notable que propone piezas artísticas de lencería únicas con líneas delicadas y elegantes es Stephanie Santos da Costa. Es una diseñadora especializada en la impresión 3D aplicada a la moda, con especial interés en la moda digital, la moda IA, la producción de tejidos impresos en 3D y la moda sostenible. En 2023 abrió su tienda online Santos 3D Intimates, donde vendía sus creaciones. En la lista de productos que se podían comprar se encontraban sujetadores, bralette, tops, corsés, calzoncillos con formas delicadas y un diseño moderno y elegante.

(Créditos: Stephanie Santos da Costa)
A pesar de que han pasado más de diez años desde aquella icónica pasarela de Victoria’s Secret, la lencería impresa en 3D no ha dejado de fascinar y sigue siendo una opción válida para muchos diseñadores y estilistas. La última marca de la que hemos tenido conocimiento es uniphorm, fundada este enero por la diseñadora Yasmina Khan junto con dos expertos en modelado y personalización 3D. La marca combina Machine Learning e impresión 3D para crear prendas íntimas a medida, como sujetadores y corpiños. También es muy interesante la parte promocional dedicada a la marca llevada a cabo por la propia diseñadora en las redes sociales en la que difunde el proceso de creación de sus piezas, desde el modelo CAD en Grasshopper hasta su impresión y acabado. Desde la pasarela de Victoria’s Secret hasta la pasarela virtual de las redes sociales, desde 2013 la lencería impresa en 3D no ha dejado de captar la atención de un público amplio y de despertar cada vez más interés en este sector.
¿Cómo se hace una prenda de lencería con impresión 3D?
Después de explorar las diversas aplicaciones de la impresión 3D en el mundo de la lencería, veamos ahora en detalle cómo se hacen estas prendas y cuáles son los elementos que se pueden imprimir en 3D. Aunque las prendas propuestas por los distintos diseñadores son muy diferentes entre sí, el proceso de creación de una prenda de lencería realizada con impresión 3D tiende a seguir un flujo de trabajo común. Se comienza con la realización del boceto a lápiz del diseño, luego se recopilan los datos relacionados con las medidas del cuerpo de la modelo a través de herramientas de escaneo 3D. Por ejemplo, el equipo de Braave ha creado dos herramientas: BreastID , una aplicación que la compañía ha creado para iPhone y que permite el escaneo 3D de 360° de las formas de los senos, garantizando solo el 1% de margen de error, y BreastLabs, una herramienta que utiliza los datos volumétricos de los senos recopilados por BreastID para crear sujetadores a medida.

El Interlaced Rosette Corset de uniphorm. (Créditos: uniphorm vía Instagram)
Una vez recopilados los datos, se crea un modelo CAD de las piezas destinadas a ser impresas en 3D. En cuanto a los sujetadores, se pueden diseñar copas o aros, en el caso de los corsés se puede recrear toda la estructura, pero se divide en secciones distintas. Este diseño CAD es manipulable y se puede seguir personalizando para satisfacer las necesidades del diseñador o modelo. Posteriormente, estas piezas se imprimen en 3D y cada diseñador elige las tecnologías que mejor se adaptan a sus necesidades. Por ejemplo, Stephanie Santos da Costa utiliza principalmente la impresión FDM para sus colecciones, eligiendo impresoras 3D de marcas como Prusa o Atomstack, tanto para imprimir piezas individuales como para extruir el diseño directamente sobre el tul. En cuanto a los corsés, el equipo de uniphorm utiliza la tecnología de impresión 3D de HP Multi Jet Fusion para hacer piezas de lencería como Interlaced Rosette Corset, utilizando materiales como TPU y PA11.
Después de imprimir las piezas, estas deben tratarse con técnicas específicas de posprocesamiento. Por ejemplo, las copas utilizadas para el sujetador de otra colección de Chromat, llamada Fórmula 15, primero se alisaron y luego se sometieron a un alisado con vapor para eliminar las imperfecciones de la superficie.

The Silicone Body (Créditos: Bare Bau Intimates)
La última fase es la del montaje, que difiere según el diseño de cada prenda de lencería. El montaje se realiza a menudo a mano, forrando la parte impresa en 3D con un tejido suave, que puede ser algodón, raso o seda y que se moldeará para dar vida a la prenda de lencería. Sin embargo, las piezas se pueden pegar entre sí ya sea utilizando impresión 3D FDM o utilizando, por ejemplo, en el caso de Stephanie Santos da Costa, los bolígrafos 3Doodler. El proceso de montaje depende principalmente del material utilizado. En el caso de The Silicone Body, para crear las distintas shapewear, es decir, la versión moderna de las viejas y, sin duda, menos a la moda fajas, las partes de silicona se cosen entre sí gracias a una impresora 3D que extruye el material en el momento en que la silicona se está endureciendo.
Sin embargo, en la gran mayoría de los casos, los materiales utilizados son el nylon, TPU o PLA, a los que se les dan diferentes espesores según las necesidades de diseño y ensamblaje. Por lo tanto, la silicona utilizada en la colección The Silicone Body es más que una excepción. Para los sujetadores, el proceso de costura sigue siendo casi tradicional porque se componen principalmente de tejidos suaves. En el caso de los corsés, los que se presentan en forma rígida y que son difíciles de pinchar, a veces no se pueden ensamblar con aguja e hilo, sino que las partes se unen mediante cordones o cinturones.
Pero, ¿cuántas horas de trabajo son necesarias para crear un sujetador o un corsé impreso en 3D? Stephanie Santos da Costa nos habló de los plazos con los que crea sus piezas de lencería: «La realización es exigente. El sujetador Mycena 3D (talla XS-S) requiere aproximadamente 8 horas de impresión y 2 horas para limpiar las piezas, ensamblar con el bolígrafo 3D y agregar las cintas con la máquina de coser. The Magnolia 3D Corset requiere aproximadamente 16 horas de impresión y 3 horas para la limpieza, el montaje, la costura de la cremallera trasera y los acabados internos”. En definitiva, un trabajo nada desdeñable, que además justifica, como veremos en el siguiente apartado, su coste para el público.
Ventajas y desafíos del uso de la impresión 3D en el sector de la lencería
Como se trata ampliamente en el artículo, las ventajas que permiten a los diseñadores utilizar la impresión 3D son múltiples. En primer lugar, no hay límite para la creatividad artística y el tipo de prenda producida puede ir desde el delicado calzoncillo de silicona, hasta el sujetador deportivo hipertecnológico o el body rígido que usan las más famosas celebridades. De hecho, la razón más importante por la que un diseñador puede utilizar las tecnologías 3D es la altísima personalización que ofrecen, tanto en términos de diseño como de realización. Además, se limita el desperdicio de materiales, siendo la fabricación aditiva una tecnología que crea la materia solo en la cantidad que se requiere. Como resultado, al limitar el desperdicio, también aumenta la sostenibilidad de la prenda gracias a la posibilidad de reciclar algunos materiales.

La textura de la silicona utilizada por Bare Baux Intimates. Otras tecnologías difícilmente pueden recrear formas tan precisas y delicadas utilizando silicona. (Créditos: Bare Baux Intimates vía Instagram)
Aunque las piezas de lencería impresas en 3D siguen siendo populares a lo conforme pasan los años, este sector enfrenta ciertos retos. En primer lugar, al ser piezas artesanales, requieren una inversión de tiempo y dinero considerable. En consecuencia, el precio al público de las prendas de lencería impresas en 3D parte de un mínimo de 90 euros, como es el caso del sujetador THE SILK BALCONETTE de uniphorm, para llegar a los casi 300 euros por los corsés de la diseñadora Stephanie Santos da Costa. Actualmente, sobre todo debido a la masiva difusión de los productos de moda rápida, las prendas de lencería se pueden comprar a precios mucho más bajos que a veces no superan los 50 euros por un conjunto completo de sujetador o corsé y calzón. Esto puede poner en peligro a las pequeñas marcas que no pueden competir con las grandes firmas.
Para confirmar esto, la diseñadora Stephanie Santos da Costa ha decidido cerrar su comercio electrónico este año. Nos explica: «Tuve que cerrar el negocio por razones personales y debido a un entorno comercial difícil que hace que sea muy difícil sobrevivir en la industria de la moda y la joyería». Pero eso no es todo. Según la diseñadora Yasmina Khan, los problemas del sector no son solo de naturaleza económica, sino también relacionados con cuestiones de género. «Las principales dificultades que encontré en este campo fueron encontrar los fondos para abrir la marca», nos contó la diseñadora, «Por alguna razón, las mujeres obtienen mucho menos dinero de los inversores que los hombres. Por esta razón, poco a poco fui construyendo mi propia marca y ¡me llevó mucho tiempo empezar!». Sin embargo, más allá de las cuestiones de género, se trata de un sector ineludiblemente de nicho, dirigido principalmente a un público femenino y que, por lo tanto, dada su especificidad, puede encontrar más dificultades para obtener inversiones económicas.

Las piezas artísticas y versátiles de Stephanie Santos da Costa (Créditos: Stephanie Santos da Costa)
Sin embargo, a pesar de que el mercado de la moda todavía está dominado por grandes grupos industriales y las dificultades de género se hacen sentir en este sector, la impresión 3D se presenta sin duda como una herramienta para permitir que las pequeñas marcas se diversifiquen y descentralicen la producción, proporcionando alternativas artesanales y sostenibles a la moda rápida. Además, la constancia con la que este sector, a pesar de todas las dificultades, sigue atrayendo diseñadores, especialmente mujeres, hace presagiar una necesidad cada vez mayor de volver a la artesanía, pero también de una representación femenina más fuerte y cohesionada. El futuro de la lencería impresa en 3D también podrá contar positivamente con el desarrollo de las tecnologías de fabricación aditiva. Actualmente, la mayoría de las piezas impresas en 3D utilizan polímeros técnicos, pero el siguiente paso podría ser la introducción de filamentos a base de fibras naturales como el algodón o la seda. Estas permitirían obtener prendas más suaves, transpirables y biodegradables, sin renunciar a la personalización extrema garantizada por esta tecnología.
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*Créditos de la foto de portada: The Silicone Body