Un cráneo impreso en 3D jugó un papel «crucial» en una condena por asesinato
Sherlock Holmes, Hércules Poirot, Columbo… ¿impresión 3D? En una historia que parece sacada directamente de la última novela policíaca, la fabricación aditiva se ha utilizado para conseguir una condena por asesinato en el Reino Unido. Un cráneo impreso en 3D, creado en el marco de una colaboración entre la Policía de Hampshire y la de la Isla de Wight, fue una prueba clave para declarar culpables de un asesinato a cuatro hombres tras ocho semanas de juicio. Si no llega a ser por el crucial papel de la impresión 3D, quién sabe qué hubiera ocurrido, sigue leyendo para conocer la historia completa.
El caso en cuestión fue el de Frazer Brabant, quien fue encontrado en su jardín delantero con graves lesiones en la cabeza el 31 de octubre de 2019. Aunque sobrevivió al ataque inicial, la víctima sufrió daños cerebrales catastróficos y estuvo en coma hasta que sucumbió a sus heridas el 21 de enero de 2020, a la temprana edad de 31 años. Su cráneo fue impreso en 3D y se utilizó para mostrar el alcance de sus lesiones, así como para ayudar a visualizar el inmenso traumatismo en la cabeza de la víctima y de esta forma poder avanzar con la investigación.
El cráneo impreso en 3D de la víctima del asesinato
El Dr. Morgan Lowther, un alto funcionario científico de la Escuela de Ingeniería Mecánica y Diseño de la Universidad de Portsmouth, estuvo detrás del diseño y la impresión del cráneo. «Asistí al juicio y vi cómo el patólogo utilizaba el modelo para ayudar al jurado a comprender las lesiones sufridas por la víctima. Pudo demostrar el orden en que probablemente se habían producido los golpes, si se habían producido en el mismo ángulo y si procedían del mismo agresor o de la misma arma. Los miembros del jurado pudieron manipular el modelo y llevárselo a la sala de deliberaciones. Creo que fue una prueba valiosa para ayudarles a comprender la gravedad del ataque».
Aunque el cráneo fue impreso en 3D por expertos de la Universidad de Portsmouth, la Unidad de Imagen también desempeñó un papel crucial en el desarrollo de esta prueba. Utilizaron los datos de una tomografía computarizada que cartografió las lesiones sufridas por la víctima para crear el modelo digital. Las radiografías de calidad hospitalaria permitieron recrear a la perfección la anatomía del cráneo de la víctima. A continuación, el Dr. Lowther y su equipo pudieron imprimir el cráneo en 3D con una impresora 3D Prusa i3 y PLA. También añadieron un andamiaje interno para garantizar que fuera lo suficientemente estable como para manipularlo y presentarlo ante un tribunal como prueba.
Aunque esto pueda parecer demasiado extraño para la realidad, la impresión 3D se utiliza a menudo para este tipo de modelado, especialmente en hospitales. Tecnologías como material jetting y la FDM (como en este caso concreto) se utilizan para ayudar en la planificación quirúrgica y la formación médica en todo el mundo. Este último ejemplo muestra el uso de la tecnología incluso en el ámbito de la justicia, ya que puede permitir a los jurados comprender plenamente la complicada información médica que se comparte.
Paul Taylor, asesor científico jefe de la policía nacional, concluyó:
«Este uso innovador de la tecnología 3D para explicar las pruebas a los jurados muestra cómo la policía está adoptando los rápidos avances en las capacidades de escaneado y modelado informático para hacer justicia a las víctimas. Estamos avanzando rápidamente hacia un lugar en el que las presentaciones de las pruebas periciales pueden y deben ser algo más que imágenes en 2D. Preveo que la impresión en 3D seguirá contribuyendo a que las pruebas complejas sean más accesibles para los jurados en los próximos años.»
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