10 razones por las que empezar a usar la impresión 3D en tu actividad
Hoy en día hay muchas empresas de la industria manufacturera que aún siguen utilizando métodos de producción tradicionales. La llamada cuarta revolución industrial es cada vez más una realidad que está trayendo consigo la adopción de nuevas formas de crear y fabricar. Entre estos avances innovadores de la “Industria 4.0” encontramos la inteligencia artificial, la realidad virtual y aumentada, el big data o la impresión 3D, entre otros. Ésta última ha tenido un impacto significativo en los procesos de fabricación de muchas industrias, y se espera que aumente mucho más en los próximos años. Para que estas organizaciones no se queden atrás y puedan dar el salto a las nuevas tecnologías, y concretamente a la fabricación aditiva, hoy traemos un nuevo formato editorial. En este artículo hemos listado ni más ni menos que 10 razones sólidas por las que un usuario o empresa debería plantearse adoptar la impresión 3D en su actividad.
1. Minimización de residuos
La fabricación aditiva, como su nombre indica, se basa en un proceso donde se crear piezas mediante una sucesión de capas, utilizando únicamente el material necesario. A diferencia de los métodos de producción sustractivos, donde se desperdicia mucha materia prima, la impresión 3D se caracteriza por minimizar notablemente los residuos. Esto a su vez supone una ventaja medioambiental, ya que no se desecha material de forma innecesaria. De hecho, en los procesos basados en lecho de polvo, donde no todo el material se llega a requerir, se puede reutilizar en futuras impresiones, siempre y cuando se mezcle con nuevo polvo (dependiendo de la tecnología, la tasa de reciclaje será mayor o menor). A su vez, muchas veces se puede reciclar materiales plásticos para convertirlos en filamentos o pellets compatibles con la impresión 3D para crear nuevas piezas.
2. Amplia variedad de tecnologías y materiales
El mundo de la fabricación aditiva es realmente amplio en cuanto al número de tecnologías y materiales compatibles. Podemos encontrar 7 familias distintas de tecnologías de impresión 3D, las cuales engloban dentro de ellas varios métodos diferentes. Desde métodos de extrusión, hasta resina, pasando por sistemas de lecho de polvo o de inyección. A su vez, hay una gran gama de materiales compatibles con estas tecnologías. Los más comunes son los polímeros, los metales y las cerámicas, entre otros. Sin embargo, la versatilidad de la impresión 3D permite crear estructuras con materiales realmente sorprendentes, como hormigón, comida, madera o incluso células madre.
3. Flexibilidad de diseño
Otra de las razones por las que utilizar la impresión 3D hace referencia a su flexibilidad. Usando este proceso podemos crear piezas con formas complejas que con otros sistemas de producción serían impensables. En algunas tecnologías esto es posible mediante el uso de soportes de impresión. Otros sistemas, como los basados en un lecho de polvo, utilizan dicho material en polvo como el propio soporte. En este contexto surge el llamado “diseño para fabricación aditiva” (DfAM), que hace referencia a la habilidad de imaginar y crear modelos digitales para su posterior impresión en 3D. Todos estos factores favorecen la creación de diseños complejos, algunos incluso con cavidades interiores, en un único proceso, sin necesidad de ensamblaje.
4. Personalización
En relación con el punto anterior, la fabricación aditiva destaca por ofrecer multitud de opciones de personalización, incluso customización en masa. Al ser una tecnología muy versátil, permite a los usuarios adaptar diseños o modelos estándar a sus gustos. Un sector muy beneficiado de este aspecto es el de bienes de consumo, donde el consumidor participa en la creación del objeto final según sus preferencias. Esto también es importante en el ámbito médico, donde la impresión 3D está cada vez más implementada, ya sea para la fabricación de fármacos o equipamiento médico personalizado. Gracias a esto, podemos crear soluciones adaptadas a las necesidades de cada paciente.
5. Rentabilidad
A la hora de invertir en una impresora 3D, muchas empresas se fijan principalmente en los costes que supondrá, la rentabilidad y el retorno de la inversión (ROI). Para ello sólo hace falta realizar una serie de cálculos a nivel de costes para saber cuánto ahorrar si se invierte en una impresora 3D. Igualmente, podremos calcular en cuántas piezas y, por tanto, cuánto tiempo tardaremos en amortizar la inversión inicial. Por otro lado, cuando se necesita crear un único modelo, como por ejemplo una pieza de repuesto, recurrir a la impresión 3D a través de un servicio de fabricación es también una opción rentable. Al subcontratar este servicio, se paga un precio único por la pieza, el cual no suele ser muy alto. Así, se trata de una tecnología atractiva cuando se trata de la creación de prototipos y la producción de pequeños lotes.
6. Producción rápida
Aunque puede que la impresión 3D no sea el método de fabricación más rápido, sí que destaca por acortar significativamente los tiempos de producción. La velocidad del proceso en sí dependerá de muchos factores, como la tecnología utilizada, el postratamiento requerido, los parámetros establecidos o la complejidad del diseño, entre otros. Aun así, es un método que favorece la fabricación local y centralizada, por lo que no es necesario crear piezas en otro lugar para luego enviarlas. Esto se traduce en un recorte en el tiempo desde el que se diseña la pieza hasta que el usuario la obtiene.
7. Piezas resistentes y ligeras
Algunos materiales compatibles con la impresión 3D permiten crear piezas avanzadas para las industrias más exigentes. Si además se refuerzan con fibras, se obtiene una resistencia y dureza mucho mayor. Cuando esto se combina con herramientas de optimización topológica o de diseño generativo, se puede conseguir una mayor ligereza sin afectar a las características del modelo. Gracias a estos programas se pueden identifican las zonas más importantes de un modelo y reducir todas aquellas que no afecten a su estructura base. De esta forma se mantienen las propiedades mecánicas de la pieza, pero con menos material.
8. Precio de entrada / accesibilidad
La ya mencionada gama de tecnologías diferentes hace que el precio de entrada sea muy variado. Claramente, los sistemas de fabricación profesionales más avanzados, así como el uso de materiales como metales o polímeros de alto rendimiento, suelen tener un precio muy elevado. Sin embargo, para aquellas personas principiantes que se estén iniciando en esta tecnología, el precio no tiene por qué ser una limitación. Hoy en día existen impresoras 3D FDM y resina que cuestan menos de 200€, y este precio puede ser incluso más bajo si la máquina viene en kit de bricolaje y es el usuario mismo el que tiene que montarla él mismo. Aun así, existen muchos servicios de impresión 3D disponibles para aquellas personas que no estén aún dispuestas a invertir en un equipo propio y quieran aprovechar los beneficios que ofrece la fabricación aditiva.
9. Prototipado / iteraciones rápidas
Aunque ahora se utiliza para crear piezas finales, la fabricación aditiva se empezó a utilizar principalmente para el prototipado rápido. Es un método que reduce los plazos de entrega al producir prototipos internamente. Además, permite crear múltiples iteraciones de la misma pieza para encontrar el diseño adecuado, la funcionalidad correcta, etc. Esto es especialmente útil en la fase de desarrollo de productos.
10. Impresión 3D bajo demanda
Como se ha mencionado anteriormente, el acceso a la tecnología se puede llevar a cabo mediante la compra de una máquina o a través de un servicio de impresión 3D. En ambos casos la fabricación bajo demanda es un punto clave a destacar, ya que permite obtener únicamente las piezas o modelos que se necesitan. Además de suponer un coste menor, la impresión 3D bajo demanda permite a los usuarios obtener piezas con una amplia variedad de tecnologías y materiales disponibles para series pequeñas. A su vez esto favorece la fabricación local, reduciendo los tiempos de entrega y potenciando un modelo de producción más sostenible.
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