Impresoras 3D que se autorreplican para construir asentamientos en la luna
Hace varios meses hablamos sobre el proyecto de la Agencia Espacial Europea para imprimir una aldea lunar en 2030, cada vez está más cerca esta idea. Este semana un grupo de investigadores canadienses anunció que trabajan en impresoras 3D que se autorreplican para utilizarse en la construcción de los primeros asentamientos en la luna, en espera de la llegada de los seres humanos.
Esta investigación corre a cargo Alex Ellery de la Universidad Carleton en Ottawa, dentro del Departamento de Ingeniería Mecánica y Aeroespacial. «Nuestro punto de partida es una impresora 3D RepRap 3D, que puede imprimir muchas de sus propias piezas de plástico», mencionó. RepRap es una impresora 3D de código abierto desarrollada por primera vez en la Universidad de Bath en el Reino Unido. Esta corriente ampliamente difundida dentro de los amantes de la impresión 3D, ya que permite crear una impresora a mucho menor coste gracias a la reproducción de sus piezas.
Estructura impresa con regolito lunar
La idea de la posibilidad de que una impresora 3D pueda ser reproducida por otra impresora 3D es la principal idea del proyecto, lo interesante es llegar a que lo hagan de manera autónoma para poder ser llevadas a la Luna. «Creo que las máquinas auto-replicantes serán transformadoras para la exploración espacial, ya que efectivamente elimina los costos de lanzamiento», dijo Ellery. Con el tiempo estas impresoras 3D que se autorreplican pondrían trabajar produciendo todo el equipo necesario y la infraestructura para establecer una base lunar.
La principal fuente de materia prima de estas máquinas 3D sería los materiales que encontraran localmente, en este caso regolito que es el nombre oficial que se le ha dado al polvo lunar. La impresora 3D estaría equipada con un brazo robótico que recogería este material, la impresora 3D calentará el regolito a 900º utilizando luz solar gracias a un lente frensel. El gas volátil que se encuentre en la superficie lunar sería eliminado a través de este proceso, y el material restante podría ser separado para obtener un mineral llamado ilmenita, y así extraer hierro o plástico.
Ejemplo de base lunar
El único problema que está teniendo el desarrollo de impresoras 3D que se autorreplican es la posibilidad de obtener la potencia para los motores de desarrollo De acuerdo con Ellery, el campo magnético es «en realidad muy débil, por lo que estamos tratando de averiguar formas de agregar más capas para aumentar la cantidad de corriente que pasa a través de ellos. Pero finalmente, lo que haremos es que lo integraremos en el motor para que nos dé un núcleo completo, que estará impreso en 3D. «
Este motor impreso en 3D debe ser completamente funcional en aproximadamente dos meses después del comienzo de la autorreplicación, pero las partes electrónicas de la impresora tardarán un poco más en replicarse.«Hemos estudiado los tubos de vacío porque tratar de crear electrónica de estado sólido sería prácticamente imposible en la luna», dijo Ellery. «Si usas tubos de vacío, los únicos materiales que necesitas son níquel, tungsteno, vidrio, esencialmente, y Kovar, todo lo que puedes hacer en la luna». Las tarjetas de circuitos para las impresora 3D que se autorreplican se modelarían después como la red neuronal del cerebro humano.
Si las impresoras 3D que se autorreplican tienen éxito, sería el camino a seguir dentro de la exploración espacial, aunque esto aún está en desarrollo, también supondría una gran evolución para la impresión 3D en la Tierra.
Fotos: Agencia Espacial Europea
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